A veces y solo a veces sabes darte cuenta de que para
sonreír no hace falta mas que mirar al presente como si tus aspiraciones fueran todo lo que tienes. Ese era su problema cuando miraba en su interior y escuchaba a su
corazón, este le
decía que supiera apreciar cada pequeño gesto que el mundo se dignaba a tener con él, de
ahí nace la
ilusión, y la
ilusión se forjaba en él como por descuido alguna vez cada mucho tiempo.
Aquel hombrecillo no sabía mirar hacia delante sino que mas bien dedicaba su tiempo a la
supremacia generalizada que lo
convertía en mediocre de
condición. El disfrutaba con todo aquello que los que le rodeaban tachaban de simple y totalmente fuera de lugar. Tocaba el piano por pura
oblación,
leía biografías de gentes respetables, sin
razón aparente y
sentía indiferéncia hacia lo bello.
Es una de esas personas que duermen hasta que sienten hambre e
inmediatamente después vuelven a dormir para sentir esa
reconfortante sensación que irradia
despreocupación.
Todo lo tiene pese a no desear nada y aun
así siente que la pasividad
subyace junto a el.
El es una inocente figura que al pensar difumina sus valores por lo que muchas veces opta por dejar esta
opción a un lado y seguir
vagabundeando en el tiempo.
Su
atracción hacia lo salvaje de lo femenino ha establecido un indescifrable
claroscuro en su
corazón que juega con su mente una partida a muerte
súbita.En la
seducción entra en combate su mas inaceptable presencia junto a una insoportable labia que roza lo
irritante y que causa en sus víctimas el efecto de una batalla perdida que comienza con
decisión y seguridad para terminar en la mas profunda de las decepciones.
La
diversión en el se manifiesta de una manera cuanto menos peculiar, introduciendo al principio un
ápice de curiosidad que no mucho mas tarde se
convertirá en un ferviente deseo de volver a casa.
Piensa en hacer algo;
algún día, pero su narcisismo hacia lo
vacío le arrastra hacia una espiral de
monotonía que
desenvoca nada mas en estancamiento.
A.G.G.