viernes, 25 de diciembre de 2009

El loco de la colina

Aquella noche escuché una canción que lustró mi espíritu, y me puse una camisa recien planchada. La magia de aquel momento
se introdujo en mi mundo y decidí comenzar a cantar, me quité los zapatos y salí a la calle.

El sol daba vueltas a la tierra mientras yo cantaba por las esquinas, y mis pies, pisaban la acera con más fuerza que nunca,
dejé de escuchar la música pero aquella canción seguía sonando en mi cabeza; Bailaba y cantaba, cerraba los ojos y las
luces que siempre habían estado allí comenzaban a intensificarse. Con una mano en la barandilla y otra sobre la pared
bajé las escaleras que conducían al paraíso. Firme en mi camino y esquivando la inmensidad de la muchedumbre mediocre
logré alcanzar mi destino, y allí, mil voces hablando perfectamente claro dentro de mí, la luz que iluminaba aquel momento
también iluminaba mi alma, álgida y hercúlea entre las demás y sobre un pedestal de marmol tallado.

Ahora nadie me escucha, La locura de mi razón embriaga el oxigeno del aire.

A.G.G.

Bocadillo de polvorones


Cuando era pequeño mi abuelo solía escribirme cartas, en ellas hablaba de cosas que a mi temprana edad no alcanzaba a entender, pero el lo hacía igualmente, confiaba en que algún día, al crecer, las leyera y comprendiera lo que realmente quería hacerme llegar. Hoy, después de tanto tiempo, he leído alguna de esas cartas y por fin entiendo que el nunca hizo las cosas demasiado bien, quizás tampoco demasiado mal, pero quién lo hace al fin y al cabo; Ahora sus palabras siempre
estarán junto a mi, y escritas en la primera página de un libro de cuentos que cuido desde que tenía 5 años, fueron y son las únicas palabras que consiguen hacerme llorar, y al terminar de leer, la leyenda de un curasán de chocolate que cada
noche llegaba escondido junto a la puerta de mi casa, se esfuma como el humo de una chimenea en la montaña. Tú traías el agua que en casa ya teníamos, pero siempre te querré por hacerlo.

Mi hermano ahora, en su infinita ingenuidad, recibe las mismas cartas y llora como lo hacía yo; La peonza gira sobre su mano mientras el sueño aletarga su perspicacia.

A.G.G.

Mamá, no llores más.

Ahora se sienta en una mesa en la que sobran sillas y ni siquiera roza al que tiene al lado, todo lo que una vez fuimos se destruye aquí y ahora; tres tenedores, tres cuchillos, tres cucharas y añoranza en cada plato.

El árbol de navidad te provoca angustia y la calefacción ni siquiera calienta.
Este año Papá Noel no aparecerá por la puerta como cada noche buena, este año nos serviremos de televisión y turrón, simplemente dejaremos pasar las horas, hasta que las luces de una guirnalda mal colocada dejen de funcionar.

Mamá piensa que no la vi, pero su llanto alimentaba todo en lo que creía, lágrimas negras resvalando por un rostro especialmente maquillado para la ocasión, y aun así bello por su contorno eminentemente exquisito. Sus manos se posaban
sobre álbumes que recopilan el recuerdo, el dolor, de una familia sustentada en comidas postizas. Esta vez manipulaba las fotografías con guantes, dejar alguna huella habría sido denigrante, y era algo que no podía permitirse.

A.G.G.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Historia de un anacoluto




Es cuando las decepciones se hacen mejores y alcanzan su apogeo, cuando al fin llega el momento que deseabas, no llegase.
Haces planes, sabiendo que, como de costumbre no llegaran a cumplirse, pero la emoción llega a ti igualmente, no puedes evitar sentirte bien. Todo se encuentra a solo un paso y decides escuchar, detenerte y abrir tus oídos, quieres apreciar minuciosamente cada una de las palabras que saliendo de su boca y penetrando en tus orejas destruirán toda una hegemonía, para aprender a vislumbrarlas la próxima vez. Frías, frías palabras que en una casi noche, de medio invierno, calidecerán tus vísceras hasta puntos insospechados, entonces la desesperación baila junto a tu puerta esperando entrar en escena y ser la reina de la pista. Tin, tin, tin; Pom. Las gentes que alguna vez habitaron la tierra nunca supieron demasiado bien a que se debía, y los que habitamos hoy, truncados en el tiempo, impasivos de lo personal, cantamos, adoramos, amamos y pensamos en torno a brillantez mate.

Estamos bajo porque conocemos lo que alguna vez tuvimos arriba, lo que alguna vez sentimos y de alguna manera obtuvimos en los mundos de lo inútil. Irremediablemente imbéciles es como nos hemos sentido al darnos cuenta de que llevamos todo este tiempo dando vueltas alrededor de una esfera, intentando encontrar, salvar, algo de humanidad.

Para contar la historia en la que todos perdimos la dignidad, es necesario servirse de la historia en la que todos la obtuvimos, mediante un hechizo que hizo nuestros hombros gigantes y nuestra cabeza altísima, encima de un cuello que jamás pareció tan largo. Estos dotes nos convertirían en seres egocéntricos hasta el extremo de lo irritante y destructores de lo ajeno.

Esto comienza cuando abrimos el armario, lo miramos, cogemos las camisas y pantalones, polos y camisetas, quitamos las perchas y lo tiramos todo al suelo, en ese momento comprendemos que nada es tan fácil como coger algo que está en perfecto estado, bien colocado y viviendo en tranquilidad y perseguir su ruina hasta lo innombrable.
La complicación del pulso de la vida, en ocasiones hace imposible saborear la verdadera complicación hospedada en cada beso, caricia o abrazo que el amor te regala.

Y si todo sigue la misma regla, será mejor esperar a tres magos que alguna vez te hagan sentir estrella, y guiar así, todo en lo que crees.

A.G.G.

martes, 10 de noviembre de 2009

El sobre de lo que viví



En mi mente todo fluye con rapidez, pero por un extraño mecanismo que jamás comprenderé creo un entresijo de ideas inacabadas que, muchas veces, destruyen la razón. Cada vez que abro la boca, cada vez que siento la necesidad de expresar la duda que me inunda, cada vez que arrebato de mi lado un sueño a punto de cumplirse... Cada vez siento que algo falla a mi favor.

Andar por la calle sin prisa, caminar al sol en invierno o sentir su abrazo, son cosas que siempre me gustaron, sólo ahora sé que no debo preocuparme, tendré toda la vida para ellas, pero hay muchas otras, más inusuales, más atractivas, menos llamativas que parecen cogerme de la mano para más tarde soltarme y seguir su camino al lado de otras personas. Todo se difiere,nada es lo que solía ser, la incomprensión se convierte en un modo de vida; la resignación en mi rutina y esque todo lo que toco se convierte en podredumbre. Mi madre solía decir “Cariño, vas a encontrarte con tantas decepciones”.
Me hace gracia, porque, cuando era pequeño la escuchaba, y asentía sin más, pero ahora sé a lo que se refería, la realidad nunca es suficiente. En cambio con mi padre, todo fue distinto, ahora recuerdo las conversaciones que tuve con él, quizás una frase o dos “ yo estoy bien, ¿y tú?”. Era duro sortear tan brusco abismo entre dos personas, muy a mi pesar lo hice y guardé cada una de los cosas que aprendí en un sobre, el sobre de lo que viví. Aun no puedo abrirlo, no es el momento, no soy feliz.

De un momento a otro metieron en sus bolsillos la esencia de lo que intentaba vivir, de lo que intentaba sentir y de lo que estaba a punto de conseguir.

Mi vida, que alguna vez sintieron suya, se estira, se alarga y sin que se den cuenta se acaba.

A.G.G.

lunes, 19 de octubre de 2009

Dormido en, como, de cualquier manera...


Todo comenzó como por descuido en el peor de los trayectos que nunca debí trazar, a la orilla de un río que parecía no acabar, en una noche que no hacía más que comenzar. Entonces su mano ligeramente movida por el frío nocturno de la escena, pero intensamente maquinada por un deseo carnal más fuerte que cualquier sensación, se abalanzó sutilmente por mi cintura, y sus dedos frotaron una tela que jamás pareció tan fina. Su pelo, su cara, su mejilla se dejaron caer sobre mi hombro en busca de alguna reacción, inmediatamente después mi brazo cual armadura de plomo aterrizó en su costado, lo encontré suave, sensual, ardiente y a la vez congelado debido al viento que azotaba nuestros cuerpos. Pequeños estremecimientos guiaban mis movimientos, que por pequeños que fueran planeaban la aproximación. Alguna vez nuestros pies chocaban y en nuestros rostros se dibujaban lineas que desenvolvían el desenlace, las comisuras de mis labios, húmedas, deseaban, cada vez más, rozar su piel pero mantenían la compostura. Poco a poco, paso a paso, roce a roce el camino se hacía más corto, muy a nuestro pesar ,la perfecta imagen pronto terminaría. Nuestras manos no querían separarse por ninguna razón y en mi mente no cabía más que un deseo inexplicable de culminar aquel clímax que nos invadía. Nuestros cuerpos transportados por un movimiento casi mecánico andaban en armonía y perfecta compenetración. Nuestro destino llegó a nosotros mucho antes que nosotros a el y al reaccionar, la presencia de alguien se hizo omnipresente. Nuestras manos se soltaron, pero cada dedo luchó por mantener la unión hasta que se hizo imposible, e intenté contener mis ojos de manera que no se notara la dependencia, ella hizo lo mismo y comenzó a andar de nuevo. En aquel momento, tras tan intensa sensación, mi estomago comenzó a gritarme y un malestar inundó todo mi ser, necesitaba comer algo. La solución apareció ante nosotros en forma de fluorescentes, le pregunté y no respondió, la simple omisión de respuesta y la facción de su cara bastaron para comprender que no eramos tan distintos. Salí de aquel lugar con un manjar entre las manos, que dadas las circunstancias brillaba en aquel callejón por entre callejones, nunca compartí algo tan desinteresadamente, disfruté tanto admirando cada bocado, y pronto acabó, pero aquel no sería el final de nuestra excursión. Ya cansados de una noche intensa y un tanto desfasada decidimos buscar el camino a casa, nuestro abrazo permanecía cada vez que avanzábamos, y cada vez se iba haciendo más fuerte, más fogoso, más excitante. Nuestras miradas no se atrevían a encontrarse, mientras nuestras manos jugaban a descubrir lo exótico de cada uno. El erotismo de la situación que nosotros mismos habíamos creado era cada vez mayor y nuestros roces cada vez más deshinibidos. Divisando el final y, con cierto miedo, mi cabeza acometió un movimiento no equiparable a ninguno aquella noche, e intenté mirarla a los ojos, mi nariz rozó la suya y su mano apretó mi cintura como movida por un espasmo, entonces nuestros cuerpos se miraron, mis manos bajaron hasta encontrarse con su cadera y en un último movimiento conjunto nuestros labios se tocaron ,mantuvieron la postura unos segundos, suficientes para que la sangre de ambos comenzara a arder y surgiera un beso tan apasionado e inolvidable como letal y angustioso.

Llegamos a casa, hacíamos caso omiso a lo sucedido, y como si nada hubiera ocurrido fuimos a la cama, solo por descansar, tal vez por ver un poco la televisión. La atracción en el ambiente aquella noche era irrevocable, imposible de frenar. Nos avalanzábamos el uno contra el otro movidos por el deseo, los besos no cesaban, parecían querer superarse, y vaya si lo conseguían. La cama deshecha completamente y un canal desintonizado aportaban al momento suficientes enigmas como para que sucediera cualquier cosa. Las sábanas se arrugaban bajo nuestras espaldas y ella jugueteaba con ellas, intentando despistarme, pero siempre encontraba su boca y mi mano su cuerpo... en un momento determinado, exhaustos los dos, nos abrazamos por una última vez y quedamos dormidos. Más tarde abrí los ojos por un momento, su rostro descansado no se asemejaba a nada que hubiera visto antes, me quedé obnuvilado mirándola, sonreí y volví a dormirme. No pasó más de media hora cuando desperté y la vi apoyada en el marco de la puerta, observándome, entonces fué ella la que esbozó una sonrisa y emitió un sonido que facilmente podría significar “¿Te he despertado?”, volví a sonreir y entonces dijo, muy suave, casi susurrando “Hola”, es increible como la explosión de lujuria justo estallaba en su saludo, se acercó, se arrodilló junto a la cama y comenzó a acariciar mi mejilla.

A.G.G.

lunes, 5 de octubre de 2009

Cada pequeño gesto

En medio de todo aquello me encontraba, ni muy cerca del mar ni muy cerca de las rocas que separaban la arena de un larguísimo paseo, quería sentir mi soledad
acompañada del sutil susurro de las olas y la irrevocable presencia de las rocas.
No debía haber nadie aquella noche por allí y pese a eso el perro,
mi única compañía sentía la inseguridad del acecho inminente. Las estrellas se dejaban caer sobre aquella noche enigmática y excitante desenvolviendo la leyenda
de miles de personas que al igual que nosotros en ese preciso instante las observaban; miles de almas y aun así una única sensación, la fugacidad de una mirada al cielo se hacía interminable.
La preocupación, de donde vengo, ya no era sino puramente protectora; amparada por la subestimación.
mi compañía ha mudado en tranquilidad, debe haber comprendido la situación y aun así continua con el cuerpo alerta y su subconsciente totalmente entregado a mi,
la soberanía de nuestra simbiosis es incuestionable.
Eramos los reyes, capaces de todo, dueños del sol. Cada día subíamos al trono y al rato nos sentíamos esclavos.
Cada momento era un caos, pero la solución subyacía en cada rincón.
el suelo desaparecía cada vez que llovía, y con la sutileza de un golpe de muñeca el vil metal era capaz de resultar en armonía.
Cada esquivo movimiento, cada letargoso perecer, cada acto heroico... ejercían, a su manera, una fuerza más que debastadora y atrayente hacia la realidad.
Cuando algo desaparece, alguna cosa, un pequeño estremecimiento y sientes; comprendes su verdadera función, enorme frustración.
la seguridad era tal que podías andar sin necesidad de tocar el suelo. La mirada de aquellos que ni siquiera se molestaron en hablar resbalaba por hombros que nunca tuvieron que soportar peso. Un ligero barniz lo cubría absolutamente todo, el remordimiento quedaba reducido a episodios desconocidos de un ciclo sin comienzo.
Eramos los únicos capaces de reir y dejar caer una lágrima simultaneamente y sí, eramos conocidos por ello.
La huella que dejábamos en la gente en ocasiones levantaba la peor de las envidias y esto, terminó por hundirnos, teníamos tantas razones para dejarlo todo atrás... un lugar vacío y un garage en el que no cabían más frustraciones.
Cuando todo parece tan normal es cuando debes tener miedo, ves a las personas practicar movimientos esquivos en busca de una oración en el sentido equivocado y tras ellos un ventrílocuo con artes envaucadoras. Sufro desgracias inapelables y no espero nada sino un gesto de los que me cruce por la calle, ellos siempre comprenderán la paradoja de retener para sostener y verborrear por haber retenido.
Cuantas veces hablo conmigo y me digo que no merezco más de lo que yo mismo haya logrado, y de esa manera logro subsistir donde un buen trabajo no es admirable sino despreciable y un trozo de tela puede suponer tu muerte.
Y la existencia terminó por convertirse en algo superfluo, efímero; El superlativo de la mediocridad hecho consecuencias...

A.G.G.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

E.M. História de lo que fué, es, y será.


Una buena amiga escribió esto alguna vez y creo que significa tanto para mí, como para ella cuándo le estaba dando forma.



La vida es una oportunidad única y maravillosa, con ella aprenderás todo lo que puedas y más, pero sobretodo… aprenderás de tus errores, los cuales a medida que pasa el tiempo te van haciendo más fuerte, uno de ellos es éste. Te quedan muchas cosas por hacer, y otras tantas personas que no te dejarán pasar por esto sola. Te aconsejaría que lo hagas por todos ellos y vivas como otra chica cualquiera de tu edad, al fin y al cabo es para lo que venimos. Tienes que ser feliz y poder vivir con todo problema, sea bueno o malo, déjalos a un lado. Sólo se tú misma, tal como y eres, sin mentiras. Estoy segura que saldrás de esta, por ello… te pido que le demuestres al mundo lo que vales.
E.M.

martes, 15 de septiembre de 2009

ESTANCAMIENTO

A veces y solo a veces sabes darte cuenta de que para sonreír no hace falta mas que mirar al presente como si tus aspiraciones fueran todo lo que tienes. Ese era su problema cuando miraba en su interior y escuchaba a su corazón, este le decía que supiera apreciar cada pequeño gesto que el mundo se dignaba a tener con él, de ahí nace la ilusión, y la ilusión se forjaba en él como por descuido alguna vez cada mucho tiempo.
Aquel hombrecillo no sabía mirar hacia delante sino que mas bien dedicaba su tiempo a la supremacia generalizada que lo convertía en mediocre de condición. El disfrutaba con todo aquello que los que le rodeaban tachaban de simple y totalmente fuera de lugar. Tocaba el piano por pura oblación, leía biografías de gentes respetables, sin razón aparente y sentía indiferéncia hacia lo bello.
Es una de esas personas que duermen hasta que sienten hambre e inmediatamente después vuelven a dormir para sentir esa reconfortante sensación que irradia despreocupación.
Todo lo tiene pese a no desear nada y aun así siente que la pasividad subyace junto a el.
El es una inocente figura que al pensar difumina sus valores por lo que muchas veces opta por dejar esta opción a un lado y seguir vagabundeando en el tiempo.
Su atracción hacia lo salvaje de lo femenino ha establecido un indescifrable claroscuro en su corazón que juega con su mente una partida a muerte súbita.En la seducción entra en combate su mas inaceptable presencia junto a una insoportable labia que roza lo irritante y que causa en sus víctimas el efecto de una batalla perdida que comienza con decisión y seguridad para terminar en la mas profunda de las decepciones.
La diversión en el se manifiesta de una manera cuanto menos peculiar, introduciendo al principio un ápice de curiosidad que no mucho mas tarde se convertirá en un ferviente deseo de volver a casa.
Piensa en hacer algo; algún día, pero su narcisismo hacia lo vacío le arrastra hacia una espiral de monotonía que desenvoca nada mas en estancamiento.

A.G.G.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cualquier vida


Como sentirte cuando la frustración que solo es capaz de sentir una madre recae sobre ti con una red que irremediablemente te obliga a sentirte mal y aun así liberado; ser un chaval y a la vez hombre viejo, con todo lo que ello conlleva, empezando por la libertad, inseguridad y sobreentendida impulsividad que irradia un joven, mezclada con la culpabilidad,constante preocupación, y delimitada acción que destila la vejez.
Era un chico que sabia invertir, no le importaba no tener solvencia para sus gastos mientras tuviera lo suficiente para desmadrar hasta no poder más. La vida le llevaba de un sitio a otro como si de un globo a la deriva se tratara, con esto el no pretendía mas que vivir hoy para morir mañana, o en el peor de los casos morir hoy para quizás, con un poco de suerte, resucitar mañana. La cabeza era algo que no le convenía asentar mientras tuviera fuerzas para trasnochar, al fin y al cabo, de que servía el esclarecimiento si el principio era prácticamente equiparable al final.
En cuanto a sus haceres se refiere, no se refiere a nada en concreto, pues nada en concreto era el titulo de sus quehaceres. Levantarse pasado el medio día sin preocupación u obligación alguna era el mayor de sus placeres, soñaba con poder hacerlo toda la vida y la filosofía no era otra que la de mientras sobreviva sin mover un dedo me mantendré vivo para reafirmarme sobre la idea de que siempre lo he podido mover. Sus credenciales residían por entre los ceniceros repletos de colillas, o entre las copas ya vacías que significan embriaguez, o también por aquellos “lugares” que solía visitar y en los que abundaba lo ya mencionado.
Su vida pasaba como cualquier otra, en cualquier momento, de cualquier manera... no era necesario intentar aflorar algo de pasión, sus acontecimientos se agrupaban uno encima del otro sin resaltar ninguno en especial, su historia seguía una hegemonía que transmitía algo peor que la indiferencia, la indiferencia en este caso mudaba en lástima, que a su vez se transformaba en compadecéncia con un ápice de angustia que rechazaba cualquier despreocupación.
Su gesto era innecesario, su mirada vacía, sus manos yacían, sus piernas inmóbiles, su pelo caía por cualquier parte, su sonrisa se se escondía, su cuello no se sostenía, su cuerpo se caía... sus ojos no miraban, sus manos no cogían, sus piernas no caminaban, su pelo no crecía, su boca no reía, su cuello no se ergía, su cuerpo no vivía, su nariz no respiraba...su torso se inclinaba hasta que los dedos de las manos rozaban sus rodillas y estas se encorbaban hasta que decidían dejar de funcionar, entonces pasaban horas y aquel cuerpo ausente de vida amanecía en cualquier rincón, de cualquier calle, en cualquier sitio...

jueves, 27 de agosto de 2009



Aquel lugar no tenia el suficiente nivel para ella. Hermosa, estilosa y por supuesto de un buen gusto exquisito, la trilogía sibaritista hacia honor a su presencia con un sutil manto de coraje que pocas veces exponía. Su pasión era aquella zona top jet en el centro de todo movimiento subfetichista y económico-dependiente. El amor le cegaba con facilidad mientras la conveniencia le hacia ver las cosas con impoluta claridad. Su entendedera de permanente acceso restringido, le impedía comprender como había podido acabar en aquel lugar ausente de toda sofisticación. Ella era así, no comprendía como una chica de su categoría podía estar enclavada en tan descuidado pueblucho rodeada de mentes retrogradas que parecían perseguirla. Quizás no se daba cuenta, pero estaba marcada de por vida por una infancia rodeada de alagos y desacertados consejos maternos; mama era su mejor amiga y mejor confidente, a la vez mayor influencia, incluso por encima de aquellas revistas que simulaba leer, que seguramente no comprendía, pero que instituían su vida. Mami se atrevía a hablarle mal, pero ella entendía que era lo mejor, al fin y a la postre la quería, y ella por encima de todo quería que su hijita llegara lo mas lejos posible, literalmente, encontrara un marido perfecto, como único requisito: infinita solvencia, al que poder tocar y hundir, eso si, durante el proceso de conquista, posterior vida feliz y desplumaje, madre e hijas siempre estarían juntas. La mujercita estaba decidida a hacer feliz a su madre, que menos, ella había sacrificado todo por dar una apariencia de prestigio a su familia: familia made in huerta, cuyo color favorito era el cutre y que veneraba la religión del mobiliario ortera.
Mama era especialista en camuflar perfectamente la tortilla de patata bajo una finísima capa de sucedáneo de caviar.
Papa dominaba las artes del lenguage creando palabras que ni siquiera existían para hacer notar sus destacados estudios en... Broston?
Ella tenia la extraña habilidad de convertir el tapete de la mesa camilla en un socorrido vestido que al llegar la noche seria mas valioso que cualquier trozo de tela jamás visto antes.
Entre los tres habían montado su propio Emporio Garulo y justo cuando parecía que iban a caer cogieron fuerza para por fin lograr su propósito.
Hoy esa chica esta casada con un importante empresario suizo y viven en una lujosa casita en Londres, un detalle lo de vivir todos juntos, papis incluidos. De momento padre, madre e hija, intentan fingir un inglés que jamas tuvieron, y un francés que por lo que parece nunca practicaron, pero para lo que al mundo se refiere, la humanidad sigue en movimiento y mientras tanto, todos los demás fingimos satisfacción...


A.G.G.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Ella; Eterna dependencia.

Si alguna vez me voy de aquí, no pasara ni un solo día que no me sienta miserable pensando en todo lo que ella ha dado por nosotros, todo lo que ha sacrificado, todo lo que ha intentado, todo lo que ha conseguido. No habrá un solo día que no me arrepienta de tomar esa sutil decisión que ni yo mismo comprendo, pero se que si me quedo no pasara ni un solo día en el que no piense que estoy perdiendo el tiempo. La quiero, la quiero muchísimo, cuando miro en sus ojos profundos, cansados y perdidos siento una atadura que me obliga a abrazarla y no soltarla nunca, y es por eso que siempre termino en su cama, sus besos mi mejor aliado; sus manos mi imprescindible sustento, y si le toco, entonces siento; siento agonía en lo mas profundo de mi ser, un dolor que apuñala el alma y solo sabe atravesar, pues por donde pasa cierra la herida con puntos de esparto y lágrimas.La gente se equivoca, y hoy siento que le debo mas a ella que a cualquier otra persona en el mundo y me siento bien pensando que siempre la voy a tener para obsequiarle con algo, una sonrisa bastara o simplemente una caricia. Si la abrazo fuerte como decía aquella canción ella llora y aprieta con todas sus entrañas para no dejarme escapar. Ella llora y cuando le miro a los ojos y veo las marcas negras de una expresión desvalijada entonces me doy cuenta de que la necesito, la amo. La amo y por eso al pensar en futuro me viene su nombre, su gesto, su cara, sus manos, su voz que solía decir cariño si quieres algo persíguelo y no pares hasta conseguirlo; estas palabras me hacían sentir tan bien...realmente era dependiente, drogadicto de amor y era de verdad, pues no tenia ni idea de lo que se me venia encima y mucho menos de lo que se iba, de lo que perdía; de lo que nunca mas tendría. Seguramente sea la única persona que tendré siempre a mi lado, que pase lo que pase no me abandonara y que pese a todo me llenara de amor y me hará tan grande como ella alguna vez se sintió, tan grande como una mujer que día tras día iba ganando un poco mas, que poco a poco se hacia con su vida y que al final logró lo que definitivamente le hacia feliz; Hoy lo que me llena de orgullo es poder decir que alguna vez me enamore de ella.

A.G.G.

sensaciones

la sofisticación de su nombre me lleva irremediablemente a situaciones de las que no puedo huir simplemente por no poder manejarlas.
Tan solo imaginar la onda, que recuerdo, producía el viento en su pelo aquellas tardes , en las que, solía pasear por la playa junto a mi... El agua nunca tocaba su ropa,se conformaba con acariciar su piel cuando el viento se lo permitía.Poseía una gracia especial para mantener el atractivo en cualquier situación, pero por supuesto, y como no se puede esperar de otra manera en una mujer de suscaracterísticas, su reputación era impoluta, lo que la hacia infranqueable.

Los hombres que la amaron no obtuvieron resultado, mientras ella, prefería sembrar su pasión esporádicamente cuando el azar hacia de las suyas. Nada de lo que hacia me era ajeno haciendo debido honor a la naturaleza humana, por lo que practicaba alguna cosa semejante al trabajo de investigación y que rozaba la persecución. Practicaba buen sexo y eso la hacia aun mas tentadora.

Su hombre...

la pasión forjada en ambos era semejante al efecto que fraguaba el amor distanciado. El se dedicó en cuerpo y alma a hacerla feliz mientras pudo, un hombre de un coraje infinito y acusado también. Ella amó incondicionalmente durante el tiempo que tuvo, pues no retuvo. Era feliz, ingenua; La infinita comodidad la había convertido en una mujer dispuestas a no perder nada.

El viajaba y ella le esperaba: el siempre volvía,la familia dormía, y entonces juntos eran capaces de hacer cualquier cosa. Como en cualquier familia que se precie los acontecimientos dejaban a descubierto todo tipo de escarpamiento...

...Y entonces...

Y allí estaba ella, años después, catástrofes después. Su cara reflejaba el mas intenso de los dolores y a la vez la soledad fluía por entre sus poros. Cuando su alma sentía, entonces, la expresión de su contorno era tal que eras capaz de compartir cada nota impresa en su corazón a lo largo del tiempo. Su mirada se clavaba en un horizonte ligeramente elevado y desplazado hacia la izquierda: Una insufrible mezcla entre melancolía, temor, inestabilidad y la añoranza que solo es capaz de sentir la persona sumamente marcada por el pasado. Sus maletas esperaban junto a ella frente a una balla que superaba el metro ochenta de recuerdos. Posiblemente en esas maletas no quedaran mas que ambiciones ya enterradas y eternamente presentes.

Hasta aquel lugar la acompaño alguien, alguien que alguna vez formo parte de su familia, y que probablemente por ello, no tuvo el valor de esperar, para ver lo que aguardaba al otro lado. El viento pretendía arrastrarla pero aquella mujer entró y se sumergió plenamente en el castillo de su vida. Aquellas paredes no traían mas que recuerdos, aquellas paredes transpiraban sensaciones, incluso palabras que algún día tuvieron sentido y que en aquel momento se convertían en polvo a su paso y simple verborrea.

domingo, 2 de agosto de 2009

Lo tenia tan cerca que casi lo vivía. Era prácticamente mio y lo he perdido. A veces soñaba con estar allí y no es la primera vez que me pasa, debo ser imbécil. Debe ser una verdadera bestia parda porque todo lo que dice se cumple y todo lo que quiere y se propone lo consigue. Mientras a mi me inunda la puntiaguda sensación de convertir cada cosa que intento en podredumbre, es realmente triste y doloroso, pero lo peor sin duda es sentir la enorme perdida de tiempo a la que me tienen sometido. No lo puedo soportar y lo saben; el problema entonces su inútil e incesante desacuerdo. Disfruto, no se puede imaginar cuanto cuando hacemos planes para mi para el para nosotros para ella y para todos los que algún día formamos una familia tan especial, se sentaban en el mismo sofá brillantez y madurez junto a buen gusto,dulzura y la mas intensa fuerza para lograr cualquier cosa. Era genial y no. Al mismo tiempo era una situación insostenible, todo se caía pero no se imaginaban como se iba a caer después, el superlativo de desastre?. Menudo asco; tres años haciendo planes, tres años engañando, tres años poniendo buena cara; tres años perdiendo el tiempo. Ahora si, ahora por fin puedo decir tranquilo, sin lugar a posibilidades infundadas que todo ha quedado en palabras pero sigo teniendo en cuenta sus promesas aun sabiendo que nunca se llevaran a cabo. Solo queda esperar un año? No lo creo sera alguno mas , entonces empezare a vivir y empezare a disfrutar lo que la vida me ofrece tanto por una parte como por otra, que bien hice en no usar palabras bruscas,la música de mis paranoias me ha llevado mucho mas lejos y cuanto lo agradezco. Os quiero pero intentáis acabar conmigo y no lo vais a conseguir. Llenate de pensamientos positivos y tendrás el triunfo en tus manos, que absurdo pero me complace tanto…

A.G.G.